Esta es una situación que nos ocurrió hace poco. En más de 60 años en la industria de las artes gráficas creíamos haberlo visto, vivido y resuelto todo. Sin embargo, por más experiencia en esta actividad, nunca dejamos de aprender algo nuevo.
Diariamente tenemos en nuestra programación numerosos proyectos al tiempo y múltiples frentes abiertos: brochures corporativos, empaques para sombreros, cajas para prendas de vestir, agendas, volantes de campañas políticas para las elecciones presidenciales, contenedores para maquillaje, juegos de cartas, boletines informativos, libros conmemorativos, en fin, un sinnúmero de productos que nos ponen a correr de aquí para allá.
Parece agobiante, ¿no? Pero esto de verdad ¡nos apasiona!, no se imaginan cuánto.
Recientemente produjimos un plegable de nuestra línea Publicomercial para uno de nuestros clientes. No era la primera vez que lo trabajábamos, entonces seguimos nuestra programación habitual: alistamiento del material, preparación de los artes, puesta a punto de las máquinas, impresión y demás procesos que llevamos a cabo.
Terminamos nuestra intervención, empacamos las piezas y entregamos al cliente, como siempre lo hacemos. Hasta ahí, todo normal. Cerramos el proyecto con nuestros indicadores en positivo y la satisfacción de sentirnos como unos #Héroes por cumplir con las expectativas de nuestro cliente.
Aparece un “fantasma”
Resulta que después de entregado el producto, nuestro cliente habitualmente pega unos stickers en cada plegable. No obstante, esta vez no se estaba fijando la pegatina del papel y se estaban deteniendo las máquinas. Esto prendió las alarmas.
¿Sería la materia prima? ¿problemas con una de las máquinas? ¿inconvenientes con las tintas? Después de varios reprocesos, devoluciones y hasta reimpresiones del material buscando dónde estaba el error, nos percatamos de que el producto tenía una temperatura muy baja y que presentaba ondulaciones.
¿Qué hacemos? Ya habíamos intentado muchas cosas, incluso modificando lotes de tintas y papel, sin un resultado positivo.
Investigar y resolver
Nuestra sensibilidad en la manipulación de las materias primas nos llevó a poner en práctica una estrategia no explorada. En vista de la baja temperatura del papel, decidimos “calentarlo” manualmente y ¡voilá! Logramos el resultado que esperábamos.
¿En dónde estuvo el inconveniente? En la humedad que recogió el papel durante su almacenamiento. Encontramos en una de nuestras fuentes de información que “los cambios en la humedad pueden causar variaciones en las dimensiones e incrementar la electricidad estática en el ambiente, lo que puede provocar paradas de las máquinas y defectos de la impresión”.
El papel es un material “vivo”, higroscópico, es decir, absorbe humedad dependiendo del medio en el que se encuentre, entonces, podría decirse que al succionar humedad las fibras se hinchan y al perderla realizan lo contrario, lo que puede producir efectos como la ondulación.
Después de todo este proceso, queremos compartir nuestro aprendizaje, por medio de algunas recomendaciones relacionadas con el almacenamiento, uso y conservación del papel, que seguro te pueden servir.
Cuando almacenes papel, disponlo en estibas o estanterías, nunca directamente en contacto con el piso. Ten cuidado de mantenerlo lejos de puertas y ventanas, y no apiles más de dos cajas con material.
Siempre mantén las cajas con materia prima cerradas. Si por algún motivo necesitas abrirlas antes de realizar algún proceso, asegúrate de volverlas a cerrar, para proteger las cualidades del papel de los cambios de temperatura.
Una correcta conservación del papel requiere una humedad relativa entre 50 % y 55 %. Cuida que el material no sufra cambios bruscos de temperatura y, muy importante, que la diferencia entre la bodega y la zona de producción sea mínima.
¿Tienes más recomendaciones para el manejo del papel frente a la humedad? Cuéntanos en los comentarios.
2 Comentarios. Leave new
Buenisimo! el papel nos sorprende todos los días.
Felicito al grupo de producción por lograr resolver y mantener la trazabilidad del proceso, es importante para la compañía conservar la trazabilidad en cada uno de los procesos, esto nos ayuda a detectar una novedad con mas rapidez.
Frente a manejo de las materias primas, y mas en el papel, es importante tratar de mantenerlo en lugares donde las temperaturas no desciendan ni aumente demasiado en grados centígrados o cerca a paredes que tengan humedad; como lo expresan en la investigación que realizaron, el papel es un material celuloso ultra absorbente y al estar fluctuando con bajas y altas temperaturas el material puede tener reacciones no favorables, que se pueden notar a la hora de entrar en impresión o otros al contacto acabados (terminados) finales de la pieza.